Entornos tradicionales Vs Entornos ágiles

Sin duda, en alguna ocasión, te habrás preguntado como transitar por este entorno que estamos viviendo: Volátil, incierto, complejo y ambiguo, (VUCA), y si se me permite el vaticinio, entorno con el que vamos a tener que lidiar algún tiempo, desde mi propia experiencia, puedo decir que las metodologías ágiles nos pueden ayudar muchísimo en nuestro sector. 

Se habla mucho de la transformación digital, de prepararnos para la telemedicina, de modernizarnos en la gestión de nuestros centros… Pero se habla muy poco de la transformación real a mi parecer. Se habla demasiado poco de la transformación de las organizaciones a través de las personas, con estructuras más multidisciplinares, y enfocadas a cubrir tanto las necesidades de nuestros clientes, como las de nuestros equipos aportando valor en todo el proceso de cambio.

Cuando pensamos en la mejora de gestión en las clínicas veterinarias, en procesos de venta o servicios, o en el bienestar laboral, solemos hacerlo desde el prisma de las metodologías tradicionales.

Metodología tradicional

  • Generalmente el líder, propietario o gestor de la clínica prepara un proyecto de desarrollo, márquetin o gestión del centro
  • Hace un estudio de mercado.
  • Diseña una estrategia de como implantarlo.
  • Se comunica al resto del equipo.
  • Lo ponemos a prueba.
  • Y finalmente lo ejecutamos.

¿Y qué pasa meses más tarde? Probablemente el Proyecto ha fracasado.

¿Por qué?

  • Uno de los motivos que acontece en estos procesos es que no has hecho participe al cliente. No le hemos preguntado que le parecería los cambios o que beneficios encontraría.
  • Otro motivo que suele ocurrir es que no hemos hecho participe a nuestro equipo y eso inevitablemente ataca directamente al sentimiento de pertenencia. No es lo mismo decir que a partir de ahora vamos a vender tal o cual servicio, que decidir entre todos que servicio vamos a ofrecer.
  • En otras ocasiones simplemente lo que ocurre es que una sola persona carga con todo el proyecto y todo se eterniza. O quizás lo empieza y en algún momento no sabe por dónde continuar. Esto genera un cansancio emocional y una fatiga por estrés que, sumado a nuestra labor como veterinario nos obliga a dar marcha atrás el proceso.

Y cuando un proyecto nuevo, ilusionante, al que se le ha destinado un montón de horas y un montón de recursos, le hemos puesto toda nuestra alma y no ha cubierto nuestras expectativas, nos frustra y empezamos a darle vueltas y a pedir explicaciones al equipo del porque no se ha culminado como esperabamos. Y es que quizás hemos dedicado más tiempo en pensar desde la perspectiva del negocio como entelequia, que desde la realidad de nuestros mercados, de nuestros clientes y de nuestros equipos.

“Se dice que, un número considerable de fracasos en las empresas es porque el producto o servicio creado no satisface ninguna necesidad de mercado. Otro motivo es no escuchar a nuestros clientes o a nuestro entorno. En realidad, no deja de ser lo mismo.”

¿Que nos propone “Agile”? 

Escuchar, empalizar, co-crear, simplificar, compartir, pasar a la acción antes que permanecer inmóvil, probar, aprender, desarrollo y mejora continua, testar, evaluar y volver a empezar.

Una de las habilidades de más valor que tenemos como clínicos es la adaptabilidad a la hora de negociar un tratamiento con nuestros clientes, o la adaptabilidad de competencias con nuestros equipos. Las metodologías ágiles lo que nos proponen es que esa misma adaptabilidad la usemos en todos y cada uno de los procesos de gestión en nuestras clínicas.

¿Y cuáles son los principios básicos de las metodologías ágiles?

  • El pilar fundamental es su filosofía: El cliente en el centro de todo. 
  • La segunda premisa es el colaborativismo.
  • La tercera es la circularidad en el proceso.
  • Por último y no más importante, el equilibrio entre deseo, la viabilidad y factibilidad.

Hay otros principios en el “manifiesto Agile”, pero a mi entender estas son los más relevantes para nuestro sector en el entorno en que nos movemos.

¿Y qué tiene de distinto un modelo “Agile” de un modelo tradicional?

  1. Comprender: Indagamos que es lo que nos solicita nuestro cliente.
  2. Idear: Generamos un “brainstorming” para plantear un sinfín de ideas o de opciones, y analizamos la viabilidad y factibilidad de cada propuesta.
  3. Circularidad: El siguiente paso ya es probar: preparar, ejecutar y analizar. Y así una y otra vez hasta que, a base de ir construyendo, se va aprendiendo, mejorando y aportando valor al proceso.

En este cambio de paradigma, hemos reducido la complejidad en la relación con los clientes siendo más efectivo en la comunicación “just-in-time”, hemos aumentado la agilidad y la satisfacción de nuestros equipos, y hemos simplificado todos nuestros procesos siendo más rápidos en la toma de decisiones.

Desde la asociación AGESVET-GGA apoyamos todas las iniciativas que fomenten el desarrollo de nuestro sector y que tienen como objetivo la formación y mejora continua en la gestión de nuestras clínicas.

 

Así que, ¿te animas adaptarte al mundo “Agile”? Si a mí me está funcionando, seguro que a ti también te funcionará. Déjate sorprender.