La ecpatía como remedio al Burnout

En el sector veterinario a menudo nos quejamos por el sufrimiento emocional que tenemos que soportar en el día a día. Y a veces, el exceso de empatía con los clientes nos lleva a un contagio emocional, que afecta directamente al bienestar interior. Si contamos que al día, quizás podemos tener una media de diez visitas o más, acabamos el día agotadísimas, y probablemente preguntándonos si este oficio que tanto amamos vale la pena.

¿Y qué nos ofrece la ecpatía? Según el catedrático de Psiquiatría J.L. González de Rivera “la Ecpatía es un nuevo concepto, complementario a la empatía, que permite el apropiado manejo del contagio emocional y de los sentimientos incluidos”.

Es decir que con la práctica de la ecpatía situamos esos límites a la empatía y buscamos el equilibrio idóneo para ponernos en los zapatos de nuestro cliente, pero sin que estos nos perturben y nos afecten en el propio estado emocional.

No sería bueno que en este punto nos confundiéramos con el termino y consideremos que la ecpatía es sinónimo de indiferencia, o dureza efectiva, ya que llevado al extremo nos podría ocasionar alexitimia.

¿Y cómo trabajamos la ecpatía? Evidentemente decirlo es muy fácil. Hacerlo exige de entrenamiento. Pero ¿Qué no requiere esfuerzo en esta vida? Si el primer paso de la inteligencia emocional es reconocer y aceptar las emociones para luego saber que hacer con ellas, con la ecpatía se trata de crear ese proceso mental positivo que nos capacita de excluirnos de sentimientos o de pensamientos inducidos por la otra persona.

Así de este modo somos capaces de empatizar con la situación del cliente, pero no hacerla nuestra, y dejar esos dolores ajenos en la taquilla de la clínica, y verlos al día siguiente con otra mirada.