¿Le hemos preguntado a los componentes del equipo si les gusta su horario? ¿está en nuestra mano solucionar los problemas de los horarios laborales? ¿Puede existir la flexibilidad horaria? Si en el articulo anterior decíamos que buscábamos la excelencia con el trato al cliente, ¿porque no lo hacemos con el trato a nuestros compañeros?
Seguramente será difícil que llueva a gusto de todos, pero una forma de saberlo es preguntando, y solo preguntando puedes obtener respuestas a necesidades, inquietudes o cosas a mejorar … A veces crear un mínimo de bienestar en el horario es sencillo y requiere de una mínima inversión, pero la satisfacción que provocas al ser sus propuestas atendidas produce una reacción de gratitud difícil de explicar. ¿Qué podemos perder?
Seguramente conciliar los horarios laborables no es tarea fácil, y probablemente habrá sitios con poca alternativa o margen de maniobra, pero ¿Y si empezamos por lo que está en nuestras manos de una forma directa? Lógicamente si nos preguntaran a todos que horario queremos hacer, la mayoría de nosotros nos decantaríamos por un horario flexible, o intensivo y si es mejor solo por las mañanas, mejor. Siendo difícil de hacer ¿Por qué no probamos de hacer pequeños experimentos un día al mes? Quizás no será la solución, pero si funciona se puede convertir en un buen hábito.
Si la propuesta o los motivos son convincentes por todas las partes no veo el porqué de no poderlo hacer. Todos los cambios si son comprendidos y apoyados por todo el equipo, y se hacen con una cierta lógica, sin perjudicar al resto de compañeras, es un valor añadido en el sueldo laboral y por consiguiente en el bienestar laboral, familiar, social ….
Hace unos años nos debatíamos como conciliar con el equipo el trabajar los sábados por la mañana y nos dimos cuenta de que errábamos en el planteamiento. Los sábados solo hacíamos controles y vacunas y además teníamos falta en las citas reservadas por parte de algunos clientes. En ese momento hicimos una apuesta y fuimos la primera clínica de la ciudad y alrededores que no tendríamos servicio veterinario los sábados por la mañana. Un tiempo más tarde analizamos la decisión que habíamos tomado y nos encontramos una serie de situaciones que pudimos y supimos solucionar. Pasado unos meses preguntamos a nuestros clientes como les había afectado tal decisión. La sorpresa fue cuando la mayoría de los clientes ni si quiera se habían enterado de que ya no abríamos los sábados, con lo que no les afectaba para nada.
Estábamos tan ofuscados en lo que se debe hacer por lo que es culturalmente normal y cotidiano, que no éramos lo suficientemente conscientes que los recursos que destinábamos para poder abrir los sábados iban en contra de nuestros intereses, ya que el hecho de poder cerrar los sábados nos proporcionó directamente más horas de apertura el resto de los días.
Lo mismo nos pasó con las horas de cierre. ¿Si en toda Europa las clínicas cierran a horas tempranas porque no hacerlo aquí? Cierto es que hacer horarios europeos aun es una quimera, pero sí podemos plantearnos no cerrar a horas tan tardías y conciliar un poquitín más la vida familiar.
A veces nos hacen sentir y no sentimos responsables por dejar huérfanos a nuestros pacientes, pero tenemos que esforzarnos para educar a nuestro cliente que somos un centro de salud con unas horas limitadas, y que existen unos centros sanitarios que son 24/7 y que cuidaran de sus perritos; hay que fomentar la existencia de los hospitales veterinarios con el equipamiento necesario donde puedes llevar tus animalitos de urgencia exactamente igual como existe en la medicina humana.